Estados Unidos está a punto de prohibir las importaciones de DJI, el principal fabricante de drones del mundo, con fecha límite del 23 de diciembre de 2025. Esta decisión no es un cambio repentino; es la culminación de años de creciente escrutinio por parte del gobierno estadounidense, impulsado por preocupaciones sobre la seguridad nacional y la competencia económica. La prohibición amenaza con perturbar sectores críticos, desde la agricultura hasta la aplicación de la ley, donde los drones DJI se han vuelto indispensables.
¿Por qué una prohibición ahora?
La prohibición se origina en una disposición de la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) de 2025. La ley exige auditorías de seguridad para drones de fabricación china; si no se completan antes de la fecha límite, empresas como DJI tendrán efectivamente prohibido vender nuevos productos en los EE. UU. El Departamento de Defensa de los EE. UU. ha clasificado a DJI como una “empresa militar china”, afirmación que la empresa cuestiona. Más allá de la NDAA, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ya ha estado desacelerando o bloqueando los envíos de DJI, citando supuestas preocupaciones sobre trabajos forzados, aunque DJI niega estas afirmaciones.
No se trata simplemente de seguridad; también se trata de nivelar el campo de juego para los fabricantes estadounidenses de drones. Como afirmó Adam Welsh, Jefe de Política Global de DJI: “Se trata de obligar al mayor fabricante de drones a salir del mercado para que los fabricantes estadounidenses de drones no tengan que competir con ellos”.
El impacto: empleos e industrias en riesgo
El dominio de DJI en el mercado de los drones es innegable. Los informes indican que la compañía controla el 77% del mercado de drones de consumo en Estados Unidos y aproximadamente el 70% a nivel mundial. Welsh estima que los productos de DJI respaldan entre 450.000 y 460.000 puestos de trabajo en Estados Unidos, que abarcan la agricultura, la aplicación de la ley y otros sectores.
La perturbación será significativa. Un informe del New York Times destacó cómo una prohibición de DJI afectaría gravemente a los agricultores y socorristas que dependen de la tecnología DJI. Estados Unidos carece de una alternativa nacional fácilmente disponible a un precio o escala comparable.
¿Qué pasa después?
A partir de ahora, la compra de drones DJI sigue siendo legal en los EE. UU., pero la situación es fluida. La FCC podría aplicar retroactivamente su designación de “Lista cubierta” a los productos DJI existentes, restringiendo su funcionamiento. La propia DJI reconoce que no podrá lanzar nuevos productos en Estados Unidos una vez que la prohibición entre en vigor.
La escasez de suministros ya es visible: la tienda en línea de DJI en EE. UU. muestra que la mayoría de los productos están agotados. Los vendedores externos en plataformas como Amazon son la fuente principal, pero la disponibilidad es inconsistente.
La búsqueda de alternativas: una transición difícil
El objetivo declarado del gobierno de Estados Unidos es fomentar una industria nacional de drones, pero ninguna empresa estadounidense ofrece actualmente una alternativa de consumo a la participación de mercado de DJI. Empresas como AeroVironment se centran principalmente en soluciones empresariales y de defensa, no en drones de consumo asequibles.
La realidad es que reemplazar DJI en el mercado estadounidense será extremadamente desafiante, si no imposible, sin una inversión y un desarrollo significativos en la fabricación nacional. La administración Trump ha manifestado su compromiso de “restaurar la soberanía del espacio aéreo estadounidense”, pero las implicaciones prácticas siguen sin estar claras.
La prohibición de los drones DJI no es sólo una disputa comercial; es un movimiento estratégico que remodelará la industria de los drones y probablemente dejará a los consumidores y empresas estadounidenses luchando por encontrar alternativas viables.


















































