Navegando por un panorama de salud pública fracturado: temporada de virus de invierno 2025

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Este invierno marca un punto de inflexión en la forma en que los estadounidenses abordan las enfermedades infecciosas. Años de disminución de la confianza en las instituciones de salud pública, junto con cambios de políticas bajo la administración actual, han dejado a los individuos en gran medida responsables de su propia protección contra los virus estacionales. El marco tradicional de orientación coordinada de salud pública se está erosionando, siendo reemplazado por un énfasis en la evaluación de riesgos personales y la toma de decisiones localizada.

El alejamiento de la respuesta colectiva

Durante décadas, la salud pública en Estados Unidos funcionó sobre la base de vacunación generalizada, mejoras sanitarias y campañas de concientización pública. Se erradicaron enfermedades como la polio y la viruela y se controló el sarampión. Este éxito generó confianza en instituciones como los CDC: datos de Gallup muestran que el 94% de los estadounidenses creían en la importancia de las vacunas infantiles hace tan solo dos décadas.

Sin embargo, ese consenso se ha fracturado. La desconfianza en la salud pública aumentó durante la pandemia de COVID-19, alimentada por la desinformación y la polarización política. Hoy en día, sólo el 69% de los estadounidenses está de acuerdo en la necesidad de vacunar a los niños. La confianza en los propios CDC se ha desplomado del 85% en 2020 a solo el 50% en 2025. Esta erosión de la confianza coincide con cambios de políticas bajo la administración actual, que ha socavado activamente la fe en las vacunas y minimizado el papel de la orientación federal.

El vacío federal y el aumento de casos

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., bajo el liderazgo actual, ha puesto en duda la eficacia de las vacunas e incluso ha recomendado eliminar los ingredientes de las vacunas contra la gripe a pesar de su uso generalizado. Las recomendaciones oficiales de vacunación contra el COVID-19 han sido reemplazadas por vagos llamados a la “toma de decisiones individuales”. Mientras tanto, la vacuna contra la gripe de este año no se adapta bien a las cepas circulantes y las tasas de vacunación están en su nivel más bajo en seis años. Menos del 15% de los adultos estadounidenses han recibido una dosis de refuerzo de COVID-19, incluido solo uno de cada tres adultos mayores.

Este vacío político coincide con un aumento de las enfermedades prevenibles. Los brotes de sarampión han resurgido en estados como Texas, donde los funcionarios de salud locales recibieron un apoyo federal limitado. Los casos de tos ferina están aumentando debido a la caída de las tasas de vacunación. La administración ha guardado silencio sobre estos brotes, incluso cuando los senadores republicanos instan a la afirmación pública del valor de las vacunas.

Una nueva era de salud casera

El resultado es un panorama fragmentado donde las personas deben navegar por sus propios perfiles de riesgo. La noción tradicional de salud “pública” está dando paso a un enfoque en la salud personal.

Esto significa evaluar sus propios factores de riesgo: edad, condiciones de salud, exposición a poblaciones vulnerables. Comunicarse abiertamente con familiares y amigos sobre sus precauciones es fundamental. Los datos de salud locales son más valiosos que nunca. Los paneles estatales y los avisos locales brindan información en tiempo real sobre la actividad viral en su comunidad.

Su médico de atención primaria, si tiene uno, sigue siendo una fuente confiable de información. Para quienes no tienen médico, organizaciones como la Academia Estadounidense de Pediatría ofrecen calendarios de vacunación recomendados para niños. Las alianzas de salud privadas, como West Coast Health Alliance, brindan recomendaciones específicas para adultos.

El resultado final

El invierno de 2025 exige un enfoque proactivo en materia de salud. El gobierno federal ya no es un aliado constante y la confianza en las instituciones se ha erosionado. Las personas deben hacerse cargo de su bienestar, evaluar sus riesgos y tomar decisiones informadas basadas en datos locales. La era de la salud pública como esfuerzo colectivo ha pasado; Esta temporada, estamos en gran medida solos.